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VENECIA 2024 Fuera de competición

Crítica: Bestiari, erbari, lapidari

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- VENECIA 2024: El poético largometraje del dúo italiano formado por Martina Parenti y Massimo D’Anolfi nos transporta al corazón de las cosas, allí en donde el ojo humano no llega casi nunca

Crítica: Bestiari, erbari, lapidari

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, la nueva película de Martina Parenti y Massimo D'Anolfi, que ha sido presentada fuera de competición en el Festival de Venecia, constituye un homenaje a todas las cosas desconocidas que nos rodean y contribuyen continuamente a moldear nuestras vidas sin que nos demos cuenta. La película, que está dividida en tres actos basados en los evocadores términos del título (bestiario, herbario y lapidario), gira en torno a los mundos animal, vegetal y mineral, respectivamente. Estos dos cineastas italianos, que se han mantenido fieles a su universo cinematográfico tan característico desde su primer largometraje, nos brindan en esta ocasión una especie de “película-ensayo” (así lo llaman ellos) que entrelaza consideraciones científicas, reflexiones sobre el cine y una auténtica poesía de la realidad. El resultado es una obra intrigante con la que el dúo de cineastas logra tocar la fibra sensible de una forma tan delicada como inesperada.

Aunque Bestiari, erbari, lapidari se subdivide en tres actos independientes, no cabe duda de que se trata de una sola película. La atmósfera meditativa y crepuscular —amplificada por la música de Massimo Mariani— por la que se caracterizan las distintas partes sirve de nexo de unión entre ellas, de modo que, aunque se abordan temas diferentes, se acaba estableciendo un diálogo poético común. Tanto si lo que nos interesa son los animales como si lo son las plantas o los minerales, lo que transmite la película en su conjunto es la necesidad de investigar otros mundos más allá del nuestro, de distanciarnos del Antropoceno para descubrir lo que realmente nos rodea y nos permite vivir nuestras insignificantes vidas.

Los encargados de abrir el baile son los animales, o mejor dicho, los animales tal y como se representan en el cine. El primer acto, titulado “El cine inventa nuevas jaulas”, examina la relación entre el hombre y el animal tal y como la retrata el cine desde sus inicios. Lo que surge entonces es una especie de relato, aún por construir, de la mirada humana sobre el animal, de la necesidad de imponer su dominio. Ya sea a través de una cámara o de la mira de un rifle, los humanos siempre han considerado a sus presas como trofeos, prueba de su poder viril y de su autoproclamada superioridad intelectual. Estas preciosas imágenes de archivo van acompañadas de conmovedoras imágenes de animales indefensos en manos de sus veterinarios, y todo ello se complementa con comentarios de los investigadores que se ocupan de ellos.

El segundo acto, dedicado al mundo vegetal, transcurre en el interior de los inmensos invernaderos y archivos del jardín botánico de Padua, el más antiguo del mundo, tal y como se deja claro en la película. Las imágenes de archivo dan paso a un documental de observación acompañado de consideraciones científico-filosóficas sobre las plantas, que nos recuerdan lo mucho que contribuyen a nuestra vida en la tierra, aunque sea de forma discreta o incluso imperceptible. Afirmaciones como “es imposible eliminar la naturaleza del planeta porque las plantas son mucho más fuertes que nosotros; lo que corre el riesgo de ser eliminado, no obstante, es el ser humano, que es innegablemente menos capaz de adaptarse a situaciones extremas”, ponen finalmente a las plantas en primer plano, destacando así la absoluta contingencia de la existencia humana, dominante pero en realidad tan terriblemente frágil como el joven aficionado a la botánica que murió durante la Segunda Guerra Mundial y concedió a los archivos un conmovedor “herbario de guerra”. La película concluye con una reflexión sobre la transformación de la piedra en memoria colectiva mediante la creación de pequeñas placas conmemorativas con los nombres de los innumerables deportados de la Segunda Guerra Mundial.

Al cuestionar nuestra representación de la realidad e invertir las relaciones de poder, Bestiari, erbari, lapidari crea un diálogo constructivo y poético entre todos los seres de este planeta.

Bestiari, erbari, lapidari ha sido producida por Montmorency Film con Rai Cinema, Lomotion, SRF Schweizer Radio und Fernsehen / SRG SSR. Las ventas internacionales de la película corren a cargo de Fandango.

(Traducción del italiano)

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