LOCARNO 2024 Cineasti del presente
Crítica: Listen to the Voices
por Aurore Engelen
- En su primer largo, Maxime Jean-Baptiste firma una íntima y conmovedora historia que rellena los huecos del imaginario de la Guayana Francesa, de una forma libre
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entrevista: Maxime Jean-Baptiste
ficha de la película], la ópera prima de Maxime Jean-Baptiste, ha sido presentada en la sección Cineasti del presente del Festival de Locarno. La filmografía de este cineasta de la diáspora guayanesa y antillana, que incluye los cortometrajes Écoutez le battement de nos images y Nou voix, explora la complejidad de la historia colonial y se centra sobre todo en la cuestión de los archivos y la reconstrucción de la memoria, tal y como se puede apreciar en este primer largometraje.
La película se inicia, de hecho, con imágenes de archivo que muestran cómo una multitud densa y conmovida se reúne para honrar la memoria de un joven que falleció en condiciones sumamente violentas, de un símbolo de la historia reciente de una Guayana Francesa caracterizada por la violencia social y callejera, pero también por la fuerza de una comunidad unida.
De vuelta al presente, vemos al joven adolescente Melrick, procedente de la Francia continental, en la Guayana Francesa, donde pasará las vacaciones de verano con su abuela Nicole. Las dos generaciones comparten un vínculo auténtico, y prueba de ello son sus charlas en la cocina, las conversaciones en las que hablan de sus penas y de amor. Cada vez que va a la Guayana Francesa, donde la gente juega al fútbol descalza día y noche, Melrick siente como si volviera a nacer. El sueño de su vida no es otro que volver a su verdadero hogar, instalarse de nuevo aquí, con su gente, y renunciar así al exilio de su madre. Parte al encuentro de los recuerdos, tanto los dulces como los desgarradores, que probablemente motivaron esta decisión de marcharse. El recuerdo de aquella noche entre el 10 y el 11 de marzo de 2012: “Fue hace 10 años, pero lo recuerdo como si fuera ayer”, confiesa Yannick, un amigo del joven asesinado Lucas al que no deja de atormentarle su promesa de venganza: “No puedo evitar reproducirlo todo una y otra vez en mi cabeza”. La sombra de aquella tragedia —y de las demás— se cierne sobre la ciudad de Mont-Lucas. Está grabada en la piel de la familia de Melrick, que intenta comprender esta herencia, un trauma que vuelve a despertar silenciosamente otros traumas profundamente arraigados en la tierra. Encontrará esta transmisión en la música, al ritmo de las percusiones de la banda Mayouri Tchô Nèg, donde ocupa el lugar que dejó vacante su tío Lucas.
La película, que oscila entre la ficción y el documental, constituye a la vez una historia de paso a la adultez, que gira en torno a la trayectoria de un joven cuyo objetivo consiste en construirse a sí mismo en la memoria de un tío sacrificado en el altar de la violencia endémica que asola las calles —una exploración de esa memoria con tintes oníricos—, y una reflexión sobre la violencia heredada, un patrimonio familiar, pero también histórico y colonial. Listen to the Voices, que se ve magnificada por una maravillosa fotografía que sublima los cuerpos incluso más que los paisajes que habitan, es una prometedora ópera prima que nos da la oportunidad de ver las imágenes perdidas de un territorio afligido, pero rico en las personas que lo mantienen con vida y cuentan su historia.
Listen to the Voices ha sido producida por Twenty Nine Studios y Spectre Productions, y coproducida por Atelier Graphoui y Shelter Prod. La película es uno de los proyectos apoyados por el Centre du Cinéma et de l'Audiovisuel de la Fédération Wallonie-Bruxelles, y también ha recibido el respaldo del fondo New Dawn.
(Traducción del francés)
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