CANNES 2023 Quincena de los Cineastas
Crítica: L’autre Laurens
por Aurore Engelen
- CANNES 2023: Claude Schmitz usa las armas del cine negro para ajustar cuentas con los héroes testosterónicos de su juventud, y revisitar el género, en todos los sentidos del término
Se avecinan problemas de género. Lo primero que se muestra es un paisaje desértico mezclado con la espesura de una noche azul. Un cactus, una mujer americana, dos secuaces discutiendo en español sobre un fantasma, ambos iluminados por las luces de neón de un club nocturno, y todo ello mientras el sonido de las motos se desvanece en la distancia. Ya no estamos seguros de si estamos en la frontera española o mexicana, tal vez en ambas, depende de la mente de cada cual. A este prólogo lleno de confusión le sigue un motivo completamente distinto: la vuelta a un cierto nivel de realismo con la presentación de Gabriel Laurens (un fenomenal Olivier Rabourdin), un detective privado algo despistado cuyo cómodo trabajo consiste en seguir la pista de presuntos adúlteros. Es un día gris en Bruselas, al igual que en su vida en general, pues su angelical sobrina Jade (una brillante Louise Leroy) se presenta en la puerta de su casa y le pide que le ayude a esclarecer el misterio de la muerte de su padre, a su vez hermano gemelo de Gabriel. Así comienza L’autre Laurens [+lee también:
tráiler
entrevista: Claude Schmitz
ficha de la película], la nueva película del director belga Claude Schmitz, seleccionada para la Quincena de los Cineastas del Festival de Cannes.
Aunque a disgusto por haber tenido que salir de su zona de confort, Gabriel sigue a Jade y la acompaña de vuelta a la frontera española donde vive, de manera que descubre el extraño mundo de su hermano, caracterizado por las disonancias y los déjà-vu. Cualquier parecido con personajes o situaciones reales no es para nada fruto de la casualidad. Ante nuestros ojos desfilan muchas de las figuras tradicionales de la novela policíaca, e incluso del cine de serie B: el detective al que la vida le ha tratado mal, su gemelo malvado, la típica lolita, la mujer que arrasa con todo a su paso, los policías, los motoristas, e incluso un marine estadounidense de paso. Pero todos ellos tienen algo que los distingue de estas figuras: la lolita se niega a ser un felpudo, los moteros tienen acento, los policías están panzones, y la bien engrasada y tradicional investigación da un giro interesante entre notas azules y discordancias. Tal y como hacen las interferencias en la línea o los parásitos en la pantalla del ordenador, estas modificaciones ponen en tela de juicio las historias familiares sobre los hombres fuertes y el patriarcado.
El director se atreve con este estilo experimental que gira en torno a los códigos del cine negro con verdadero regocijo y savoir faire, desterritorializando el género, exponiendo un máximo de falsas pretensiones y encontrando sentido en los giros y bandazos que se desvían del camino establecido. Claude Schmitz llena la historia de arquetipos y atributos viriles —pistolas, motos, incluso un helicóptero— como para aborrecerlos, para desgastarlos hasta que pendan de un hilo, para exponer su vanidad y vacuidad, para revelar cómo estos relatos, que han alimentado la masculinidad durante décadas, han llegado al final del camino, sin aliento y vaciados de todo significado. El cineasta consigue todo esto a través del humor y de un innegable amor por lo lúdico, y todo ello complementado con una fotografía llamativa y una banda sonora original y animada por cortesía de Rodolphe Burger.
En este sentido, L’autre Laurens representa una especie de canto del cisne, la antítesis de la nostalgia, un último adiós a unos mitos fundacionales ya deconstruidos. Se abre a múltiples lecturas e interpretaciones, y da un giro al personaje de la joven en apuros, la baby doll rockera, dotándola por fin de plenos poderes y otorgándole autoridad sobre las historias que están por venir.
L’autre Laurens ha sido producida por la belga Wrong Men y la francesa Chevaldeuxtrois. Las ventas internacionales corren a cargo de Best Friend Forever.
(Traducción del francés)
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