Harvie KrumpetCortometrajeAnimación
7,3
4.188
Animación. Comedia. Drama
Harvie es un polaco que padece el Síndrome de Tourette, un impulso irrefrenable de tocar con un dedo la punta de la nariz a la gente. Debido a eso, fue marginado en la escuela, razón por la que su madre decidió darle clases en casa. Pero su madre era analfabeta y tenía cierta tendencia a hablar con personas sin que estuvieran presentes. En cualquier caso, trató de transmitirle mediante hechos sus conocimientos sobre la vida. ... [+]
30 de octubre de 2009
30 de octubre de 2009
49 de 53 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay veces que las cosas no se valoran como realmente lo merecen y, lamentablemente, esta es una máxima en una época en la que el mundo del cine es más un escaparate para mostrar más y mejores efectos visuales que una verdadera factoría de historias dignas de escucharse. “Harvie Krumpet” es un mediometraje de apenas veinte minutos, ganador de –entre otros tantos premios- el Oscar al mejor corto en 2004, una obra que sin grandes recursos y handicaps importantes sobresale, se coloca por encima de la media, llegando a ser todo un triunfo. Animada por Adam Elliot, una persona que sufre una enfermedad similar al parkinson, el triunfo en esta ocasión se traduce en la superación personal (debió ser un infierno padecer este mal y realizar una película stop motion con plastilina) y en saber cómo contar una historia prescindiendo en gran medida de la palabra.
Una voz en off, concretamente la de Geoffrey Rush –un narrador excepcional-, nos adentra en la vida de un niño polaco nacido con un síndrome que le obliga a tocarle la nariz a la gente con la punta de su dedo. Vemos crecer a Harvie, cómo emigra a Australia en busca de la felicidad, ansiando el amor, la esperanza, la plenitud. No diré nada más de la trama, que desarrolla perfectamente y en tiempo record la personalidad de un ser entrañable y atemporal, es mejor que lo descubráis vosotros. Una verdadera maravilla que hace reir y emociona, que sabe jugar con los sentimientos y que, a pesar de su escasa duración, merece un lugar especial en la historia del cine animado. Afortunadamente, Elliot volvería años más tarde con su casi perfecta “Mary and Max”.
Una voz en off, concretamente la de Geoffrey Rush –un narrador excepcional-, nos adentra en la vida de un niño polaco nacido con un síndrome que le obliga a tocarle la nariz a la gente con la punta de su dedo. Vemos crecer a Harvie, cómo emigra a Australia en busca de la felicidad, ansiando el amor, la esperanza, la plenitud. No diré nada más de la trama, que desarrolla perfectamente y en tiempo record la personalidad de un ser entrañable y atemporal, es mejor que lo descubráis vosotros. Una verdadera maravilla que hace reir y emociona, que sabe jugar con los sentimientos y que, a pesar de su escasa duración, merece un lugar especial en la historia del cine animado. Afortunadamente, Elliot volvería años más tarde con su casi perfecta “Mary and Max”.
23 de abril de 2010
23 de abril de 2010
18 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Este cortometraje es un homenaje a todos aquellos que lejos de cargar únicamente con sus propias dificultades asumen con ilusión las de otros a cambio de su amor y cariño. Harvie Krumpet es un canto a la vida y a la lucha por la dignidad de las personas, un reclamo para todos aquellos que no son capaces de alzar su propia bandera (Harvie optará por el nudismo y la defensa de los derechos de los animales, así como por un filantrópico estilo de vida donde su principal interés, queriendo o sin querer, será su entorno próximo). Adam Elliot consigue una lograda historia que además de encomiable en lo técnico explora muchos de los problemas sociales y políticos del siglo XX y, por supuesto, XXI. En cierto sentido nos encontramos una crítica frente a la pérdida de los lazos familiares en medio de un mundo globalizado y exigente*, el drama de la pérdida de raíces a causa de las catástrofes bélicas**, los bienes que nos reporta el vivir como un niño consciente hasta cierto punto de las responsabilidades: ese es el verdadero superhombre, aquel que nunca se olvida de cómo jugar, de disfrutar de los pequeños placeres de la vida que bien pueden ser cualquier bocanada de aíre fresco o el simple momento en que acariciamos la cama para irnos a dormir. Hay reflexiones en torno a la propia eutanasia***. Un film completísimo que tan sólo dura 22 minutos. Yo casi diría que es un auténtico milagro el modo en que queda perfilada la personalidad de este entrañable Harvie Krumpet, al cual es imposible no querer.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
* La hija de Harvie, con una brillante carrera académica, se marcha a New York para ejercer como abogada, lo cual condena a su padre a pasar sus últimos días en una residencia para ancianos llamada "Los prados agradables". Por supuesto no falta ironía en el propio nombre y en el árido y hostil entorno en que ésta está enclavada. De hecho muchas adoptan nombres similares que tranquilizan las conciencias de aquellos que por no poder o no querer abandonan a sus mayores en manos de desconocidos. No hay crítica, tan sólo una puerta abierta a la reflexión. De hecho así ha de ser cualquier obra artística: jamás hay que tratar de imponer imperativos categóricos, sólo conseguir sembrar preguntas en la mente de la gente. En este sentido hay que felicitar a Elliot por su trabajo.
** Harvie, nacido en Polonia, tiene que huír de allí ante la invasión alemana. Sin embargo ésta es una de las partes menos creíbles del film dado que el Báltico era un mar bloqueado por los alemanes ya en 1939 y, por lo tanto, era imposible cualquier tipo de huída por vía marítima a Australia. Sí hubo refugiados que marcharon al este y otros que trataron de alcanzar Rumanía, pero no más allá de eso. En cualquier caso la idea es mostrar la capacidad adaptativa del ser humano, incluso uno con las limitaciones de Harvie, y la necesidad de saber sobreponerse al pasado y sus traumas.
*** Los ahí que ya no encuentran más que hacer en la vida si no languidecer a la espera del fin de sus días sumidos en el más profundo sufrimiento (la pobre anciana enferma de cáncer terminal, completamente deformada por un tumor) y otros que pueden ayudar a los demás a vivir de un modo más digno y de este modo descubrir que aún les queda algo por mostrar, por hacer. Al fin y al cabo Harvie tenía marcada su memoria a fuerza de lápiz en un pequeño cuaderno que llevaba con él a todos lados colgado del cuello, toda la sabiduría de una vida en algo tan endeble como el papel, como la vida humana...
** Harvie, nacido en Polonia, tiene que huír de allí ante la invasión alemana. Sin embargo ésta es una de las partes menos creíbles del film dado que el Báltico era un mar bloqueado por los alemanes ya en 1939 y, por lo tanto, era imposible cualquier tipo de huída por vía marítima a Australia. Sí hubo refugiados que marcharon al este y otros que trataron de alcanzar Rumanía, pero no más allá de eso. En cualquier caso la idea es mostrar la capacidad adaptativa del ser humano, incluso uno con las limitaciones de Harvie, y la necesidad de saber sobreponerse al pasado y sus traumas.
*** Los ahí que ya no encuentran más que hacer en la vida si no languidecer a la espera del fin de sus días sumidos en el más profundo sufrimiento (la pobre anciana enferma de cáncer terminal, completamente deformada por un tumor) y otros que pueden ayudar a los demás a vivir de un modo más digno y de este modo descubrir que aún les queda algo por mostrar, por hacer. Al fin y al cabo Harvie tenía marcada su memoria a fuerza de lápiz en un pequeño cuaderno que llevaba con él a todos lados colgado del cuello, toda la sabiduría de una vida en algo tan endeble como el papel, como la vida humana...
25 de febrero de 2010
25 de febrero de 2010
12 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta realización Australiana de Adam Elliot es más que interesante, una historia tierna, con un personaje peculiar, a la cual la vida parece destinada a imbuirlo en problemas. El eje de la misma circula en base a los hechos que Harvie soporta, recoje y anota en su pequeño libro. Puede verse por momentos como la trama logra relacionarnos con los acontecimientos en que el querido Harvie se encuentra envuelto. El corto deja una idea en claro respecto de la vida, de los golpes que esta nos proporciona, y la manera en que podemos afrontarlos. También de a momentos logra sacarnos una sonrisa, y hasta alguna risa difícil de contener, lo cual no es poco. Muy buena la realización, impecable la narración de Geoffrey Rush. Para verla más de una vez.
28 de septiembre de 2010
28 de septiembre de 2010
11 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Increíble película de Stop-Motion, gran sensibilidad, muy bien alternada con momentos de humor negro combinados de maravilla con drama. Excelente música. Historia breve pero muy efectiva.
La recomiendo a todos los amantes de la animación para adultos.
El gran Adam Elliot, se da a conocer con esta exquisita ópera prima, y años más tarde nos volverá a cautivar con su genial Mary and Max.
Imprescindible!
La recomiendo a todos los amantes de la animación para adultos.
El gran Adam Elliot, se da a conocer con esta exquisita ópera prima, y años más tarde nos volverá a cautivar con su genial Mary and Max.
Imprescindible!
2 de marzo de 2011
2 de marzo de 2011
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
53/22(24/02/11) Magnífico cortometraje australiano de animación en el maravilloso formato stop-motion en plastilina, con la composición de unos personajes que emanan ternura, narrado por la marcada voz de Geofrey Rush. Está realizado por Adam Elliot que posteriormente hizo el muy buen largometraje ‘Mary and Max’ en el que trataba temas muy similares a los que toca aquí, este cortometraje aborda varios elementos siendo el núcleo central la gente con problemas de salud, bien sean psíquicos o físicos. El argumento está centrado en mostrarnos la singular trayectoria vital de Harvek Milos Krumpetzki, polaco nacido en 1922 que cuando son invadidos por Alemania en 1936 huye a Spotswood en Australia donde cambia su nombre por el de Harvie Krumpet, es un perdedor al que la vida machaca, sufre el síndrome de Tourette, que le supone un merma mental, es alcanzado por un rayo, pierde uno de sus testículos y más. Pero Harvie siempre procura mirar el lado positivo de la vida, tras una estancia en el hospital conoce a una enfermera, se enamoran y casan, al no poder tener hijos deciden adoptar un bebe que no tiene brazos. La historia son 23 minutos de un envoltorio de cine para niños pero que en realidad es para mayores, un trabajo de calado que en su escaso minutaje da toda una lección de síntesis, es un delicioso canto a la vida, es un crudo drama rebosante de un sutil humor negro, con unos personajes que emanan humanidad en mundo que solo les ofrece problemas ellos responden con la mejor de sus sonrisas, con un guión plagado de ironía, del que se desprende que la vida hay que disfrutarla, también es una dura reflexión sobre como tratamos a las personas que son diferentes, es un relato de calado, de los que deja poso. Recomendable a los que gusten de dramas entrañables, inundados de optimismo. Fuerza y honor!!!
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