Serie del montón con un sorprendente diamante en su interior.

El conjunto de la serie es mediocre, es una especie de “Durmiendo con su enemigo”, viendo el cartelito de la serie te haces buena idea de qué va a ir. En el episodio final un periodista le dice a la protagonista, también periodista de profesión, que la gente no está interesada en dramas médicos, ni sabe lo que son células madre ni demás, que al público le interesa más los engaños sentimentales. Los guionistas han seguido al pie de la letra la filosofía de su periodista, y nos ofrecen un telefilme alargado con escenas tan ridículas como la operación hotelera, la del piano, o toda la visita a la casa del impostor en Barcelona, que da vergüenza de ver lo mal que está planteada y desarrollada, y que resta enteros de verosimilitud.

Y en medio de todo este lodazal telefilmero: UN DIAMANTE.

El episodio quinto, con el título 191, merece un 10. No recuerdo ninguna película o episodio que me haya removido tanto las tripas y el corazón como este. Es realmente terrible lo que ocurre y cómo se cuenta.

Muy sintomático es que en el citado episodio NO APARECEN ninguno de los protagonistas, ni el doctor muerte ni la periodista.

Después de ese episodio, como comprenderán, si a la protagonista le casa el Papa o Perico, el de los palotes NOS IMPORTA UN BLEDO, y volver a sus intranscendentes asuntos sentimentales se siente como una falta de respeto al sufrimiento de las víctimas.

ACONSEJO ENCARECIDAMENTE que si no se tiene mucho aguante por las producciones mediocres se EMPIECE A VER por el episodio 5. Si se empieza desde el 1 es posible que se abandone el visionado antes de llegar al quinto, pero si se ve el quinto es imposible dejar de ver el resto de la mala serie, solo por saber qué pasa con la joven y si el doctor recibe su castigo.

Los otros episodios de la serie un 5 muy raspado, el episodio cinco un 10, le pongo un 6 al conjunto.