Una vez visto el resultado tan convincente que ha conseguido la presentación de este personaje (desconocido para mí), solo puedo decir que ha sido todo un acierto. Marvel vuelve a mostrarnos un nuevo héroe después de varias entregas sin hacerlo, si no recuerdo mal, la última fue la de Capitana Marvel en marzo de 2019, por ende ya ha llovido. La cinta en general es buena debido al buen desarrollo que tienen los personajes, no todos, eso sí, las espectaculares escenas de lucha y una más que correcta banda sonora. Empezando por la historia, esta transcurre mayormente en China, donde se dan los acontecimientos que realmente importan. Las personas más importantes cuentan con una profundidad interesante, sobre todo padre e hijo con su constante enfrentamiento. No se puede decir lo mismo de la hija/hermana menor, que tiene un tremendo potencial que por desgracia está desaprovechado. La supuesta amiga del prota, Katy, funciona como principal factor cómico y llega a ser una secundaria de sobresaliente. Me ha gustado el modo que emplea el film de introducir flashbacks, siempre en los momentos idóneos para que el espectador se entere de todo el percal. Los combates están muy bien filmados, se nota el esfuerzo por parte del reparto a la hora de realizar las coreografías con esos movimientos tan espectaculares. La música es otro detalle acertado, tremendamente pegadiza y efectiva, en ocasiones hasta épica, nos envuelve mediante notas sublimes en la temática oriental del país asiático. No hablo de los efectos especiales porque no lo considero necesario, las películas de Marvel siempre cumplen en el aspecto visual y esta de aquí no es una excepción. Resumiendo, estamos ante una producción buena que logra presentarnos con éxito a otro personaje del universo de Marvel. Aún debe asentarse dentro de dicho universo, pero lo importante por el momento es que Shang-Chi ha caído de pie.