[go: up one dir, main page]

Haz click aquí para copiar la URL
You must be a loged user to know your affinity with The Motorcycle Boy
Críticas 677
Críticas ordenadas por utilidad
Críticas ordenadas por utilidad
9
5 de marzo de 2009
5 de marzo de 2009
137 de 152 usuarios han encontrado esta crítica útil
Missing fue estrenada en 1982. Su director, Constantin Costa-Gavras, es uno de los realizadores más comprometidos en la actualidad por el alto grado de contenido social, político e histórico que irradian sus obras.

Éste film se sitúa en los días previos y posteriores al golpe de Estado producido en Chile en septiembre del 73. Un Chile liderado por el socialista y a la vez nacionalista, Salvador Allende. Un Allende que nunca fue visto con buenos ojos por sus vecinos del Norte debido a las dos tendencias a las que recurría su política.

Salvador Allende llegó al poder democráticamente al frente de UP en 1970. Desde el primer momento, éste gobierno fue visto con recelos desde Norteamérica, Nixon temió el famoso efecto dominó sobre América Latina. No era concebible que el socialismo se extendiera en plena Guerra Fría en la principal zona de influencia norteamericana. El objetivo que se fijó desde la política norteamericana respecto a esta situación era bastante claro: había que descabezar el movimiento fuese como fuese.

El principal motivo de la intervención americana en el país no fue otro que la nacionalización del cobre chileno. Esta maniobra del gobierno de Allende dañó los intereses de múltiples multinacionales yanquis, como la ITT, precisamente en un momento en el que el consumismo iba a irrumpir con más fuerza que nunca. Ésta medida contra el imperialismo americano, como no podía ser de otra manera, tuvo una contundente respuesta por parte de la política de Nixon.

En un primer momento, se impusieron diversas medidas políticas y económicas que llevaron al pueblo chileno a ser sometido a un estricto bloqueo económico. Sin embargo, dichas medidas resultaron insuficientes para acabar con la tarea de Salvador Allende.

Ante esta situación, la CIA y las empresas multinacionales con intereses en la zona se pusieron manos a la obra y volvieron hacer alarde de su desfachatez, instrumentalizando una seria de acciones que conllevaron al fatídico golpe militar de Viña del Mar, en un triste 11 de Septiembre de 1973.

El terror, la crueldad y la represión indiscriminada cogieron rostro humano en la figura de Pinochet, un títere más en la historia de los norteamericanos, quién se mantuvo en el poder desgraciadamente hasta finales del siglo pasado.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Éste contexto tan cruel y atroz en el que Chile vivió es reflejado por Gavras a través de Charles Horman. Horman es un joven norteamericano. Un idealista que recoge los frutos del cambio generacional producido en los Estados Unidos. Junto a él, sus amigos y su novia deciden emprender un nuevo rumbo en el Chile de Allende, donde el socialismo con rostro humano parecía florecer de una vez por todas.

Sin embargo, sus días en Chile se truncan en pesadilla cuando el estado de sitio azota al país. Su desaparición provoca la llegada de su padre, Ed Horman, quién trata de averiguar el paradero de su hijo.

A través de ésta amarga búsqueda, Costa-Gavras nos retrata los entresijos y los oscuros juegos impuestos por los intereses estadounidenses en Chile. La mentira y ausencia de la verdad en la diplomacia norteamericana. El coste humano causado por la cínica conducta del capitalismo empresarial. La matanza descorazonada de miles de jóvenes a los que la soledad, la impotencia y el dolor les acecharon en el Estadio Nacional de Santiago de Chile durante esos fatídicos días que rodearon al 11 de Septiembre de 1973.

Pero no menos importante que lo citado arriba es como retrata esa diferencia generacional que existe entre el padre y la novia de Charles. En un principio el padre no entiende la causa defendida por ellos. No entiende ese idealismo al que invocan. Pero conforme avanza el transcurso de la película, todo ello da un vuelco y el padre empieza a adoptar conciencia de la gravedad de lo realmente ocurrido.

Quizás esa concienciación de la situación que va adquiriendo a lo largo de la película Ed Horman, sirva para explicar el llamamiento al cambio generacional en la década de los 70 por parte del pueblo americano, cansado ya del juego sucio y las artimañas utilizadas por parte del presidente Nixon.

Quizás ello explique la búsqueda de una solución más coherente y sensata, que recordara un poco a la frustrada política de J.F. Kennedy, en la figura de Jimmy Carter.

No obstante, ésta apuesta por el juego limpio no ha durado en exceso. Ya en los 80, el Imperio volvió a caer en manos equivocadas. Desde Reagan hasta los Bush, el neoliberalismo y los negocios petrolíferos no han dado cabida a los conceptos de solidaridad, justicia e igualdad social. Más bien todo lo contrario. La pobreza, las desigualdades sociales, la crueldad y las injusticias se expanden alrededor nuestro en los días que nos acontecen. Sería buen momento para invocar a la concienciación retratada por Costa-Gavras en éste film. Recapitular y ver la cantidad de numerosos atropellos a la humanidad que se han producido en los últimos años. Es un buen momento para marcar un punto de inflexión y dotar de un mínimo de sentido común al futuro transcurso político, histórico y social de los días que nos vienen.
6 de febrero de 2011
6 de febrero de 2011
91 de 108 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me gusta ‘Blue valentine’. Está llena de vida. Contagia su felicidad, y su tristeza. Puro sentimiento movido desde el fondo del corazón. Toca la fibra sensible. Me hace sentir. Siento una terrible empatía por esos dos peones que forman parte del tablero de la vida en la batalla del amor. En ésta, un gélido azul va venciendo al cálido anaranjado. Te ve helando, te va punzando. No queda otra que lamentar el tiempo perdido, buscando en el fondo de una copa las causas de la derrota.

Es una película llena de amor, que nos habla del desperdicio del amor, de las miserias del amor. Triste y hermosa.
2 de marzo de 2010
2 de marzo de 2010
86 de 118 usuarios han encontrado esta crítica útil
Jacques Audiard nos presenta, de manera contundente y nada eufemística, a Malik, un veinteañero que por inercia de la marginalidad social acaba de bruces en la cárcel. Sólo y con varias manadas de lobos acechándole, deberá buscarse la vida como "buenamente" pueda. Es decir, su salvoconducto será la violencia, una violencia hiperrealista que se apoderará de la pantalla, acojonándote ante tal panorama, deseando no verte jamás en una de esas.

Sin embargo, el film va minando progresivamente su poder de atracción. Cuando la iniciación sangrienta del muchacho da paso a la rutina carcelaria, al mafioseo, a los quehaceres diarios de chirona, uno acaba fatigado de todo ello. Poco cautivan las andanzas de esta versión descafeinada y árabe de Tony Montana. No llegas a sumergirte profundamente (salvo al inicio) en sus dinámicas de violencia, de supervivencia en ambiente hóstil. Tampoco conectas con la variedad de mafias con las que "juega" el protagonista. Te pierdes entre tanto corso, árabe, gitano, italiano y demás gentuza que mancha de sangre sus negocios.

'Un profeta' es una incursión en las cárceles francesas. Un retrato, a mi gusto, bastante distante y frío, por momentos lento, que deja como sensación final la de la pesadez. No está, ni de lejos, cerca del nivel que el marketing y la corriente inflacionista de críticos y premios le ha atribuido. No es, ni mucho menos, 'The Wire', 'Scarface' o 'El Padrino' como se nos ha querido hacer ver. En definitiva, pasada la primera media hora, no es nada del otro mundo.
5 de marzo de 2009
5 de marzo de 2009
56 de 62 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estamos en Gatlin, un pueblecito perdido por las lejanas tierras de Nebraska. Un pueblo con algo especial, sólo habitan en él niños. La música está prohibida. Los juegos no deben existir. Pintar es un pecado. Y, sobre todo, un pueblo en el que los niños asesinan a sus padres. Un pueblo en el que ser mayor de edad, es motivo para pasar a 'mejor vida'. A este lugar remoto, por circunstancias del destino, irán a parar una joven pareja de enamorados. Una pareja que se extrañará ante las calles desiertas del pueblo, ante la ausencia de cualquier indicio de vida en ella. Una pareja que caerá incomunicada entre los maizales y las calles de la localidad, una pareja que tratará de sobrevivir ante la presencia amenazante de los chicos del maíz.

Los que la vimos en su momento, sufrimos con ella, nos aterrorizamos con sus escenas. O sino, ¿A quién no inquietó en su día el malvado Malachai?, ¿Quién no se asustaba al ver como los niños perseguían al joven doctor?, ¿Alguien no se asustaba al oír las aterradoras palabras del profeta Isaac?, ¿Qué chaval de aquel entonces no sentía el corazón latiendo a mil por hora cuando el pequeño muchacho intentaba huir por los maizales?. Sin embargo, pasados los años, uno revisa 'Los chicos del maíz' y se da cuenta de que el tiempo no pasa en balde para este tipo de cintas. Lo que en su día producía miedo y asfixia, hoy llega a provocar risa y bostezo. Una cinta, para desgracia de todos los que pasamos miedo en su día con ella, que no ha envejecido bien con el tiempo. Pese a ello, siempre recordaremos ese pueblo desierto. A ese joven pelirrojo al que tanto miedo teníamos. Ese bar en el que los adultos nada podían hacer. Al viejo mecánico y su perro aterrados en su pequeño taller. Nadie, de aquella generación, olvidará al que camina detrás de la fila. Todos recordaremos con nostalgia aquel pueblo llamado Gatlin y sus maizales.
11 de noviembre de 2010
11 de noviembre de 2010
55 de 62 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Somos jóvenes. Se supone que bebemos demasiado. Se supone que tenemos malas actitudes y nos hacemos polvo el cerebro mutuamente. Estamos diseñados para la fiesta. Es así. Sí, unos pocos tendremos sobredosis o nos volveremos locos. Pero Charles Darwin dijo que no puedes hacer una tortilla sin romper algunos huevos. Y de eso se trata todo esto: ¡romper huevos! Y por huevos, quiero decir, conseguir coños en un cóctel de clase.

¡Si tan sólo pudiérais veros! Me parte el corazón. ¡Lleváis chaquetas! Lo teníamos todo. La cagamos más y mejor que cualquier generación anterior. ¡Éramos tan hermosos! Somos unos capullos. Soy un jodido y planeo ser jodido hasta terminar los 20 y tantos, quizás hasta los primero 30 y tantos".


La esencia de esta serie británica se encuentra en ese memorable y célebre discurso dado por Nathan, uno de los protagonistas de esta serie, ante un conglomerado de fieles servidores de una Revolución por la Virginidad. Y es que ‘Misfits’ ser sirve de un desparpajo impropio en este tipo de productos, de un lenguaje soez, de una violencia explícita y de un alto contenido sexual para envolver una historia centrada en torno a cinco chavales que deberán cumplir servicio comunitario como reparo de sus males.

Nathan, Alisha, Kelly, Simon y Curtis. Cinco jóvenes. Cinco muchachos cuyas vidas vienen marcadas por las drogas, el sexo, la delincuencia, la soledad, los trapicheos, los problemas de socialización y demás cosas. La derrota de esas nuevas generaciones crecidas en el seno del neoliberalismo thatcheriano será caricaturizada por una tormenta y unos superteenagers un tanto peculiares. Barra libre de cinismo, acidez y humor negro para deleitarnos la velada brindándonos más de una profunda carcajada mientras observamos como ponen el dedo en la llaga. Conseguida.
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow
    Bienvenido al nuevo buscador de FA: permite buscar incluso con errores ortográficos
    hacer búsquedas múltiples (Ej: De Niro Pacino) y búsquedas coloquiales (Ej: Spiderman de Tom Holland)
    Se muestran resultados para
    Sin resultados para
            Quantcast