Al igual que su predecesora, Watchmen de HBO es hija de su tiempo: supremacismo blanco, mentiras, reescrituras raciales, feminismo, una sociedad adormilada... Una secuela digna del cómic con una actualización de su mensaje: las máscaras no sirven para tapar heridas.

Hay dos elementos a destacar de la serie que me parecen magistrales, a parte de los guiones de Lindelof y Cía., que parece que han encontrado un universo acorde con sus locuras y obsesiones.

El primer elemento es la música de Trent Reznor y Atticus Ross. Obra maestra. Su ritmo, sus tonos electrónicos encajan con la oscuridade del cómic y recogen el legado del film de Snyder a partes iguales.

Y el otro elemento es el soberbio trabajo de Jeremy Irons interpretando a Ozymandias. Sus matices emocionales, su tono solemne, sus arrugas tan elegantes, hacen que la máscara del héroe (y villano) mejor escrito de la historia de los cómics tenga aquí su justa encarnación.