Musas en Mi llegó a mi ventana cuando más necesitaba volver a escribir una canción. Habían pasado meses sin que pudiera poner en papel una sola palabra. La música era el puente por donde lograba conectar conmigo mismo, y sentía que había desaparecido, que había descuidado a mi musa y que ella me había abandonado. En medio del ruido, sin lograr escribir, llegó la pandemia y se hizo suficiente silencio como para escuchar. Por esos días me enamoré de mi mejor amiga y las cosas empezaron a cambiar. Una vez me preguntó por qué había dejado de escribir y le dije que mis libretas eran demasiado bonitas como para mancharlas con mis ideas. La próxima vez que nos vimos puso en mi mano un cuaderno; en la tapa, con pintura roja, decía: “Esta no es una libreta bonita”. Y adentro escribió: "Espero te sirvan estas hojas". Un profesor de literatura me dijo que Dios tenía un cuarto con llave donde guardaba todas sus palabras más bonitas. Recordé la habitación de mi padre donde, en una repisa muy alta, tenía su colección de carros de juguete, y yo los veía desde abajo sin poder alcanzarlos. Esa noche quería dormir, pero cada vez que apagaba la luz se escuchaban ruidos extraños. Era una mariposa negra que se había metido por la ventana y en la oscuridad volaba golpeándose contra todo en mi habitación. Traté de ayudarla a salir, pero no pude; dejé las ventanas abiertas y me fui a acostar a un sillón en la sala. Ahí escuché el último disco de Bob Dylan: su voz intacta después de tanto tiempo y el sonido de las cuerdas me hicieron recordar algo. Me despertó al otro día el sol en la cara. Me levanté directo a escribir en la libreta nueva y salió la primera canción. Escuchaba melodías de una orquesta que explotaba de felicidad. La cantaba en mi cabeza sin cantarla, y cuando intenté grabarla en Re quedaba muy grave para mí; luego la pasé a Fa y se sentía muy aguda, así que terminó siendo “Musas en Mi”. Después entendí que, aparte de la nota musical, ese Mi significaba algo más. Algo había regresado a mí, o quizá eso que estaba buscando estuvo ahí siempre. Por eso la escogí para ser el nombre de mi segundo álbum. Gracias por esperar mi regreso a Mi. —Arath