CANNES 2024 Semana de la Crítica
Jonathan Millet • Director de La red fantasma
"Mi objetivo era crear tensión a partir de cosas muy simples"
por Fabien Lemercier
- CANNES 2024: El cineasta francés habla sobre su primer largometraje, una obra fascinante que combina los códigos del cine de espías con el enfrentamiento psicológico
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ficha de la película], el primer largometraje del director francés Jonathan Millet, ha sido la película encargada de inaugurar la Semana de la Crítica de la 77.ª edición del Festival de Cannes.
Cineuropa: ¿Cómo surgió la idea de una película sobre una organización secreta de exiliados que persigue a criminales de guerra sirios en Europa?
Jonathan Millet: Se trata de una historia real. Tenía la intención de hacer una película sobre los refugiados de guerra y los traumas que sufrieron a causa del conflicto. De hecho, me encontraba en la fase de documentación y no hacía más que reunirme con refugiados sirios, pero no acababa de dar con la forma de enfocar la película. Y fue entonces cuando oí hablar de estas organizaciones secretas. Era exactamente el tema que quería abordar, y el asunto en torno al que giraba era tan increíblemente poderoso que me atrapó ipso facto. La mayor parte de la trama de la película está basada en hechos reales, sobre todo la persecución y todas las preguntas que van surgiendo. Eso es lo que da impulso a la película y le concede el aspecto de género que tanto llamaba mi atención. El aspecto sensorial también tiene su origen en la propia realidad: el hecho de reconocer al verdugo por la voz, por el olor, el hecho de dudar y no saber qué hacer una vez que lo has reconocido, así como la pregunta de si denunciarlo tendrá consecuencias negativas en la comunidad siria exiliada. La fuente de inspiración para crear todos estos temas principales que tanta fuerza otorgan a la trama no fue otra que la propia vida real. Luego los impregné de todo aquello que procede de mi trabajo documental: contar la historia del exilio, de la soledad, de la distancia, del duelo y de la posibilidad de volver a vivir en otro lugar. He creado una serie de personajes que constituyen mezclas de las personas que he ido conociendo a lo largo de mi vida.
¿Qué es lo que tanto te atrae del tema de los traumas de guerra?
He realizado varios documentales sobre el exilio, uno sobre el viaje, sobre la idea de cruzar medio continente para ir a otro lugar, y otro sobre la llegada a un país de acogida. Así que para cerrar el tema definitivamente, me parecía apropiado contar la historia de lo que estas personas exiliadas experimentan en su interior. A menudo nos limitamos a ver su llegada a través del prisma de la lengua que no hablan y de cosas muy mundanas. Me interesaba profundizar en el aspecto de hasta qué punto llevan dentro el trauma, algo tan pesado de lo que nunca llegan a desprenderse del todo, así como en la búsqueda de una explicación al hecho de que la mayoría de ellos afirman con fortaleza: “A pesar de todo lo que he pasado, voy a resurgir”.
¿Cómo hiciste para gestionar el ritmo de la película —con su naturaleza obsesiva, sus repetidos momentos de oscuridad, etc.— sin renunciar en ningún momento a su carácter cautivador?
Mi objetivo era que viviéramos todos los acontecimientos desde dentro de la cabeza del personaje principal, y que incluso las escenas triviales se vivieran de una forma impactante a la par que conmovedora. Uno no le da mucha importancia a que el personaje esté sentado en la biblioteca, pero no puede evitar pensar: “¿Será capaz de mantener la compostura? ¿Aguantará sin levantarse y sacar todo lo que lleva dentro?” Mi objetivo era que se generara tensión a partir de situaciones tan sencillas como esta. Siempre supe que la imagen en sí no sería para nada espectacular, pero lo que realmente destaca por su audacia es el gran trabajo sobre el sonido y el ritmo del montaje, que da la impresión de que todo se entrelaza, de que no se para en ningún momento y de que cada escena entraña un punto de vista completamente distinto al de la anterior.
¿Desde qué perspectiva planteaste el aspecto del “cine de género”?
En cuanto di con el tema, tuve claro que se trataría de una película de espías, que me fascina como espectador y como cineasta, porque trata tanto de la observación como de la mentira, que a su vez constituyen los dos pilares sobre los que decidí construir la película. Entre mis referencias están La conversación, que logra crear un mundo lleno de tensión sin hacer nada fuera de lo normal, y la película alemana La vida de los otros, en la que nos damos cuenta de que el espionaje es solo una forma de explorar la cuestión de la pareja, de la historia y de narrar una época. Estas películas me inspiraron a utilizar los códigos del género con el fin de transmitir un mensaje más profundo.
(Traducción del francés)
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