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SUNDANCE 2025 Competición World Cinema Documentary

Crítica: Mr. Nobody Against Putin

por 

- En su documental, David Borenstein relata la inquietante transformación de una escuela de una zona rural rusa en un centro de adoctrinamiento estatal

Crítica: Mr. Nobody Against Putin

El nuevo documental de David Borenstein, Mr. Nobody Against Putin, que se ha estrenado en la competición World Cinema Documentary del Festival de Sundance, ofrece la perspectiva poco común de una persona frente a la abrupta transformación de la vida cotidiana en una escuela primaria provincial de los montes Urales tras la invasión a gran escala de Ucrania por parte de Rusia. La película gira en torno a Pavel “Pasha” Talankin, un popular profesor de educación primaria que desempeña la labor de videógrafo de la escuela y, por tanto, documenta la cambiante dinámica dentro de su comunidad. A través de la lente de Talankin, la película examina los mecanismos personales e institucionales del adoctrinamiento en Rusia, donde los límites entre educación y militarización se vuelven cada vez más difusos.

El enfoque de Borenstein, que consiste en contextualizar las dinámicas sociales y políticas a través de una narración íntima, también está presente en este nuevo trabajo en el que ha colaborado con un Talankin que ha trabajado codo con codo con el cineasta y que, además, también figura como director de fotografía de la película. Su documental anterior, Dream Empire [+lee también:
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, que exploraba las complejidades surrealistas de la urbanización en China desde la perspectiva de un joven emprendedor, se apoyaba en la ironía y lo absurdo. A diferencia de su anterior trabajo, Mr. Nobody Against Putin adopta un tono más sombrío que, a su vez, refleja la gravedad del tema que se aborda.

El documental, cuyo rodaje se ha llevado a cabo en secreto a lo largo de dos años, captura la transformación de una escuela que pasa de ser un espacio de aprendizaje a uno de formación ideológica, y lo hace a través de la perspectiva y experiencia de Talankin. Como profesor y mentor, su acceso directo a los cambios en curso permite una representación que trasciende el cine de observación tradicional. La película se inicia con la desenfadada presentación de Talankin de su ciudad natal, que en su momento fue un destino tristemente célebre para viajeros y youtubers que documentaban su contaminación. Al principio, se muestra como un profesor carismático y divertido que tiene un fuerte vínculo con sus alumnos, pero su papel comienza a cambiar cuando las escuelas de todo el país implementan un nuevo plan de estudios destinado a fomentar el “patriotismo”. El plan de estudios pasa a estar impregnado de revisionismo histórico y de la propaganda clave del Kremlin, con clases que deben filmarse y subirse a servidores gubernamentales.

Ante un mandato ideológico con una intensidad cada vez más alta, Talankin decide hacer frente a su rol dentro del sistema. El protagonista pasa de ser una figura jovial que bromeaba con los alumnos a preocuparse cada vez más por sus vidas. El documental sigue su creciente inquietud, en contraste con sus interacciones con los estudiantes mayores, cuyos hermanos y compañeros son reclutados para luchar en Ucrania poco después de graduarse. Su transformación de profesor querido a figura “problemática” refleja sus silenciosos actos de resistencia dentro de la escuela. Estos momentos de desafío a través de la desobediencia cívica, por sutiles que sean, contrastan con la creciente militarización que lo rodea. Los niños participan en espectáculos patrióticos y reciben entrenamiento en combate por parte de miembros del Grupo Wagner, y todo ello tiene lugar en una serie de escenas tan surrealistas como escalofriantes.

Mr. Nobody Against Putin entrelaza material de observación con reflexiones de Talankin a modo de diario e interacciones con los habitantes del lugar, de manera que no solo se explora el microcosmos de la escuela, sino que también se analiza la comunidad en general, donde la disidencia contra la narrativa estatal no parece tener cabida. Talankin trata de proteger a sus alumnos al tiempo que lidia con su propia complicidad. El documental de Borenstein no es una exposición tradicional, sino más bien la crónica de un testigo que, desde dentro del sistema, ofrece una visión de la vida bajo un estricto control gubernamental, y en cierto modo recuerda a la mirada de Vitaly Mansky tras la cortina de censura de Corea del Norte en Under the Sun [+lee también:
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. Se trata tanto de un testimonio en primera persona como de una historia de resistencia impulsada por el protagonista. A través de la experiencia de Talankin, la película capta el impacto creciente de la propaganda estatal en niños y jóvenes, ya que los adoctrina a base de resentimiento contra Occidente, entre otros, a pesar de que está claro que no comprenden los conceptos básicos de la geopolítica.

Mr. Nobody Against Putin ha sido producida por Made in Copenhagen (Dinamarca) y coproducida por Pink Production (República Checa). Las ventas internacionales de la película corren a cargo de DR Sales.

(Traducción del inglés)

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